Normalmente, los formularios de contacto son como imán para los spammers y una pérdida de tiempo.
Yo lo tengo porque cuenta la leyenda que, cada mil o dos mil mensajes recibidos, hay una remota posibilidad de que llegue algo interesante. Si estás en ese margen de probabilidad (o improbabilidad), puedes usar escribirme siguiendo la máxima de Gracián: “lo bueno, si breve, dos veces bueno”.
[alert-note]contacto[arroba]escribeyvenceras.com[/alert-note]